sábado, 9 de julio de 2011

Alexander

Entonces, sin darme cuenta, tropecé con una baldosa que sobresalía del piso. Alexander corrió donde estaba y me ayudo a levantarme, entonces vi en sus ojos azules mucha ternura y, no se como ni porque, me contuve para no besarlo. Era tan lindo, pero no iba a besarlo en frente de mis padres y tambien los suyos. Unas voces discutían dentro de mí
-“Es tan lindo”-dijo la primera voz-“Bésalo Alice”
-“Solo conseguirás hacer el ridículo”
-“Parece un ángel caído del cielo” “Porque aun no lo has besado”
-“Mary Alice Brandon, te juro que si lo llegas a besar...”
Sacudí la cabeza con torpeza, no quería saber lo que mi conciencia me iba a decir. En vez de seguir “discutiendo”, me paré.
-Gracias, Alexander-dije aun mirándole.
-Por favor, llámame Alex.
-Y tu, Alice, por favor.
-Vale.
-Chicos, a cenar-dijo Lilian.
Cuando estábamos cenando, cada tanto miraba a Alex. Su hermana canturreaba “Alice tiene novio, Alice tiene novio” y yo le respondía con un codazo en los riñones. Empecé a pensar en mis visiones, y en que todo lo que veía ocurría. Al final, caí en la cuenta de que mis visiones eran del futuro, guau tenia visiones del futuro. Pero no le mencionaría nada de esto a nadie. Pensarían que estoy loca, o algo así. Terminamos de cenar y Jane empezó el interrogatorio.
-Alice ¿Qué sientes por Alex? No me mientas.
-Que es hermoso, divino, un ángel caído del cielo.
-En pocas palabras, estas loca por el.
-Exacto.
-Ay, que lindo es el amor.
Entonces llego Alex y con cara de inocente dijo:
-Puedo pasar.
-Bueno... yo me voy y dejo solos a los novios-dijo Jane.
-Bueno, Alex, de que querías hablar.
-Escuche la conversación que tuviste con mi hermana.
-No me sorprende que oyeras lo que dije-enrojecí avergonzada por lo que le había dicho a Jane.
-No te avergüences, yo te amo y no me avergüenzo de decirlo.
-Alex, te amo, pero esto no va a funcionar. Apenas te conozco y tu tienes doce años y yo solamente ocho...-hubiera continuado pero el me corto.
-Alice, por favor, solo inténtalo-dijo el y escuche una risita, puse cara de pocos amigos.
-Janette, ya se que estas escuchando, ¿Puedes entrar por favor?
-Lo siento, es que me encantan estas cosas...
-Por eso te odio hermana-dijo Alex con falso dramatismo.
-Jajaja-dijo ella en respuesta.
-¿Siempre eres así?-dije yo sorprendida por su actitud.
-Solo cuando estoy con mi hermano-me prometió ella.
-¿Y bien?-dije yo.
-Y bien ¿Qué?-dijo Jane.
-Y bien ¿que hacemos ahora?-le respondí yo.
-Bueno podrían besarse-cuando Jane dijo eso la mire con incredulidad y Alex puso los ojos en blanco.
-Lee demasiadas novelas-dijo Alex.
-Eres muy divertido, Robert-dijo jane y yo contuve la risa.
-¡YA TE HE DICHO MIL VECES QUE NO ME LLAMES ASÍ, MARGARITA!
-¡NO ME LLAMES POR MI SEGUNDO NOMBRE!
Yo reí con todas ganas mis al escuchar la discusión entre hermanos.
-Alice-gritó mi mamá-tenemos que irnos.
-Bueno, ya voy mamá-grité.
Al parecer Jane y Alex se dieron cuenta de esto y sin decir una palabra me acompañaron a la puerta.
-Tienes que venir pronto de visita, Alice-me dijo Jane y luego me abrazó.
-Lo haré-prometí, su casa no quedaba muy lejos de la mía y ella era mi única amiga.
-Adiós, Alice-dijo Alex y lo abrace como si no fuera a verlo nunca mas.
-Adiós, Alex-me despedí.
Después de saludar a Lilian y al señor Mason, nos fuimos. Esa noche no dormí nada bien, estuve pensando en Alex. Era hermoso y tan dulce. No se comparaba con ninguno de los chicos a los que había conocido. Lo amaba, pero mis padres me dirían que es muy mayor para mí. Y, aunque era cierto, el amor es ciego. Pensé en ir pronto de visita a la casa de los Mason, pero me daba vergüenza solo admitir que quería besar al hermano de mi amiga. Entonces me dormí... 

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